miércoles, 24 de noviembre de 2010

Disciplina en las mesas: Concentración.

En cualquier manual, artículo, o libro de poker para iniciados hablan de la disciplina como una de las características más importantes del jugador de poker, si no la más vital. Por disciplina todos entendemos ser rígidos con las acciones que consideramos correctas para llegar a ser gran jugador. Así a priori se nos vendrían a la mente, estudio constante, revisión de datos con frecuencia, planificación en las horas de juego, extremada firmeza a la hora de gestionar el bankroll, etc. Si bien es cierto que es básico ser disciplinado en la ejecución de todas esas actividades, hay una no menos importante y que es mencionada con menor frecuencia; la disciplina en las mesas.

Muchos son los que se sientan en las mesas de poker sin manejar correctamente todos los factores necesarios a la hora de desarrollar nuestro mejor juego. No me cansaré de repetir que el poker es un juego de pequeñas ventajas y debemos cuidar absolutamente todos los detalles que nos permitan conservarlas o aumentarlas. Es habitual jugar al poker con el msn abierto, foreando a la vez que se juega, navegando, leyendo algún noticiario online o tarareando una canción que estamos escuchando en spotify mientras foldeamos unos suited connectors.  No menos común es sentarse en las mesas sin ganas de jugar, cabreado, cansado o sin el estado mental óptimo por cualquier problema ajeno al poker. Todo esto merma nuestra capacidad a la hora de tomar decisiones.

Recuerdo cuando en el instituto nos daban periodos de cinco minutos de descanso entre clases porque un estudio decía que mantener la concentración de forma continuada más de 50 minutos es una capacidad atípica. Pasar dos horas seguidas concentrado en optimizar decisiones de relativa complejidad, que han de ser  tomadas en cortos espacios de tiempo es de por sí bastante difícil. Si a este hecho, que como digo es complejo en sí mismo, le ponemos trabas, lo que ocurrirá es que acabaremos por tener momentos de concentración mínima o incluso nula. Y la consecuencia única de esto no es otra que movimientos random/incorrectos que nos cuestan dinero, tanto al corto como al largo plazo.

No es inusual leer hilos en los que un jugador comete errores de base que habría evitado si hubiera estado concentrado y hubiese dedicado diez segundos a analizar el escenario y tomar la decisión apropiada.  Movimientos sistemáticos sin un objetivo claro que nuestro cerebro ordena  realizar cuando nuestra mente está dispersa porque es la acción que más veces hemos ejecutado en situaciones parecidas y por lo tanto la que está automatizada. Pero si algo caracteriza al poker son los millones de escenarios posibles distintos  y las consecuencias negativas que tiene el actuar sin analizar cada uno de ellos por separado .

Me he ido de un MTT más de una y de dos veces por commitearme con TP cuando me ha raiseado el flop un tío del que tenía notas que sólo era agresivo postflop con cañones. Con el stack a 0 y la cara de gilipollas te preguntas: “¿por qué cojones le he pagado 3barrels a ese puto nit con top pair si sé que no farolea desde que jugaba ficticio?” Pues querido, porque no has dedicado diez segundos ha hacer click sobre la pestaña de notas, leerlas –que es algo que aprendiste hace ya años- y sacar la sencilla conclusión de que en ese momento tu mano era un bluff cátcher frente a un tío que sencillamente no farolea =S. La primera conclusión que se me venía a la mente era: soy capaz de jugar manos complicadas cuando estoy concentrado y cometo errores de fish estúpido en cuando la pierdo; no vuelvo a tomar una decisión sin pensar. Pero a los días volvía a estar fuera del torneo en una situación parecida. Llega un momento que a base de hostias como panes te dices a ti mismo, ¿de qué me sirve pasar horas mejorando a nivel técnico si soy incapaz de asimilar algo tan sencillo como que antes de actuar hay que pensar? Así que me propuse buscar algún tipo de medida para evitarlo. La solución no fue muy ingeniosa pero resultó. Coloqué un post-it en la pantalla que rezaba: “IMBÉCIL, antes de llorar porque has busteado, piensa qué quieres hacer”. El papelito era tan absurdamente ridículo que llamaba mi atención cuando me encontraba ante una mano complicada, y conseguía tomarme esos segundos de reflexión antes de tomar una decisión xD.

Gracias a dios, tiempo más tarde, no necesito de este tipo de chorradas para mantener la concentración, porque a base de obcecarme con jugar a pleno rendimiento en los momentos más cruciales de los torneos, el cerebro asimila que es lo correcto y sin darte cuenta resulta  que lo estás haciendo de forma automática. Hoy día, me cabrea muchísimo más encontrar un movimiento random al revisar historiales que un error cometido por una simple equivocación en la estimación de rangos o semejante.

Leí una artículo de conejoloco en el que recomendaba mencionar en voz alta por qué hacíamos cada cosa para no realizar movimientos sin un objetivo claro. Yo os recomiendo algo en esa línea si detectáis problemas en este sentido. Con el trascurso del tiempo todo buen jugador debería ser capaz de comentar un historial de 20 manos jugadas por él, argumentando por qué hizo cada cosa y a los diez días repetirlo y realizar exactamente los mismos comentarios, ya que si cuando lo jugamos estábamos concentrados, analizar el historial debería ser lo más parecido a leer un texto escrito por nosotros. A nadie se le olvida leer en diez días.  Además podréis guardarlo y revisarlo dos meses después, y os servirá para ver qué líneas distintas tomaríais en ese momento y así apreciar las mejoras que ha sufrido vuestro juego. Algo así como una autoevaluación. Recientemente he revisado un video que grabé hace cuatro meses o así, y no era consciente de lo muchísimo que había mejorado en este tiempo.
Es curioso, pero todos los días en las mesas observo fishadas random de jugadores con ganancias por encima de los 100.000$ y ROIs más que aceptables. Podría poner ahora mismo unas cuántos errores de bulto de esta gente. Trabajad en este sentido todo lo que podáis y esas pequeñas ventajas de las que siempre hablamos se verán incrementadas notablemente. Jugar a un nivel de concentración óptimo es algo que no trabajan muchísimos regulares, a sí que, ¿ por qué no tomar ventaja en este sentido?

viernes, 12 de noviembre de 2010

La confianza en el juego


Si hay algo complicado en esto del poker es la confianza en tu juego. En casi cualquier práctica a nivel competitivo no es demasiado el tiempo que te lleva conocer tu nivel actual. Por ejemplo, hagamos la comparación con el fútbol que es el deporte que practico.

 Cuando te calzas unas botas y juegas por primera vez con tus nuevos compañeros de equipo  es poco lo que te llevará darte cuenta de si destacas o no, si haces cosas que los demás son incapaces, si eres más rápido o golpeas más fuerte o con más precisión al balón. Con los años creces y sigues teniendo una visión relativamente clara de tu nivel futbolístico. Incluso tus propios errores saltan a la vista con cierta transparencia Así que poner un parche a estos es en muchos casos cuestión de actitud y de trabajo. Los resultados tras aplicar mejorías se reflejan con rapidez, y diariamente puedes aplicar constantes correcciones para seguir mejorando. Por otra parte, estamos hablando de una práctica que evoluciona con relativa lentitud, es decir, lo que estaba bien hecho hace veinte años lo está ahora mayoritariamente. Es decir, un gran jugador de los 80 seguiría siendo un gran jugador en la actualidad. Esto a la hora de establecer planes de trabajo y de desarrollo es muy útil, puesto que no hay que estar reinventándose constantemente de forma vertiginosa.

¿Por qué no ocurre esto en el poker? ¿por qué es tan costoso conocer tu nivel real y pulir errores?  La situación es completamente contraria al fútbol. Para empezar el poker es un juego que está reinventándose constantemente. Es tan sumamente complejo y rico que las horas de estudio convierten que los movimientos que hace diez años eran estándar en auténticas fishadas, y que un buen jugador en 2005 que no haya trabajado en su evolución desde entonces, hoy día sea un auténtico paquete. Esta es la principal y gran diferencia con respecto a casi cualquier práctica competitiva. Evoluciona a tal ritmo que ni si quiera nos permite comprobar nuestras propias mejorías. Lo que pusimos en práctica ayer tras concluir que era lo acertado tras horas de estudio, ha de ser puesto en cuarentena hoy, porque alguien te ha podido coger la delantera. El poker es un juego de pequeñas ventajas, donde las leves mejorías se convierten en cantidades indecentes de diner.,Pero, sin embargo, sólo tendrán su reflejo en el largo plazo. La ecuación que nos queda es: constante evolución + testeo al largo plazo. Evidentemente la conclusión que de ahí podemos extrarer es que la incertidumbre creada en la mente del  jugador es salvaje. Estoy constantemente trabajando en mejorar, pero las mejorías no se verán hasta dentro de unos meses, pero es que en esos meses mis mejoras habrán quedado parcial o plenamente obsoletas =S. Es la pescadilla que se muerde la cola. Y es algo que a nivel psicológico es complicado de aceptar, sobre todo cuando llega una mala racha.

Esto es especialmente complejo cuando estamos hablando de jugadores noveles. Es muy duro aceptar la naturaleza del juego, y quizá sea la parte más compleja en la carrera de un jugador. Le dedicas horas, estudias, trabajas, aprendes, practicas y resulta que te plantas en el tercer mes even en resultados y quizá sólo se trate de varianza y tu carrera como jugador sea impoluta.  Los pájaros que se te pueden pasar por la cabeza en ese momento pueden llegar a mermar al jugador de tal manera que decida incluso abandonar la práctica. Estoy convencido de que hay muchos proyectos de buenos jugadores que se quedaron en el camino precisamente por esto.

Solución no hay ninguna, al menos no concreta. Simplemente echar horas y horas hasta que percibas que estás encontrando tu camino y que las cosas están siendo bien hechas, al margen de resultados. Porque al final los resultados ni si quiera sirven para testear nuestro nivel, sólo y exclusivamente para engordar nuestro bolsillo. Confiar en tu juego se convierte casi en un acto de fé, de creerte que eres capaz de jugar  a un cierto nivel. Olvidarte de gráficas, EVs e historias varias y dedicarte única y exclusivamente a trabajar, trabajar y trabajar.

Mi consejo en este sentido tras 1 año metido en el mundillo del poker es que abras bien los oídos cuando alguien más experimentado que tú hable. Da igual si lo consideras un gran jugador o simplemente decente. La experiencia en el poker es un grado, y con la cantidad de fuentes de información que hay es muy importante ser despierto y absorber todo cual esponja, porque el atajo en el camino será notable. Lee artículos, foros, blogs, repasa videos  y tras poner en práctica lo aprendido vuelve a releerlo y observa las diferencias que tienes en la percepción de esa información respecto a la primera vez que llego a tus manos.  Ver que lo que hace dos meses te resultaba espeso y extraño ahora te resulta mucho más liviano es una muy buena forma de coger confianza, además de podrás asimilar parte de esa información que la primera vez había escapado a tu percepción.

El día que la confianza en tu juego haya llegado al punto de que los resultados de las sesiones no te afecten lo más mínimo, quizá hayas dado el paso más importante para convertirte en un gran jugador.